Busca lo que te apetezca...

sábado, 9 de febrero de 2013

The Master

Por Alexia Indira

‘The Master’ actúa este año como la salvadora de una competencia que parecía decaer en lo fatídico, y es que es la única cinta (entre tantas) que puede ser realmente considerada como merecedora de un 10 (en FilmAffinity, en IMDB o en otras) el 2012. Por esto cuesta aceptar que algún espectador no la haya encontrado magnifica, y es que desde el primer minuto hasta el minuto 137, no deja entrever ningún traspié, hecho que se apoya,  principalmente,  en una dirección y guión que recaen en las manos de Paul Thomas Anderson, un genio que a sus 42 años ha entendido divinamente de que va el arte cinematográfico. 

En ‘The Master’ el espectador encuentra arduo el  darse cuenta de que va la obra; no reconoce si está observando la decadencia de un hombre que literalmente ‘da miedo’ por lo que es y hace, un hombre que además de follar y envenenarse lentamente con alcohol parece haber hallar placer en estar  muerto en vida, un hombre que cualquiera temería en convertirse, o simplemente estamos observando a un ‘loco’ que no parece decidir qué tipo de locura resalta (sí, hay tipos). El espectador  no reconoce si está siendo participe del nacimiento de una secta, de una religión o de un movimiento científico. Tampoco está seguro  si el hombre que guía  este nacimiento es un genio y que pretende impregnar su genialidad a sus serviles y fanáticos seguidores, o de un hombre que tiene claros rasgos paranoides y cree que puede salvar el mundo con sus  excéntricas prácticas. No estamos seguros de si encontramos en la esposa de este ‘maestro’ al estereotipo de mujer al que algunas ilusas aspiran; aquella que  controla todo lo que está a su alcance, es este caso, a su marido y su ‘secta/religión/revolución científica’ o simplemente es una mujer que proyecta sus aspiraciones más profundas en un ser que si las pueda alcanzar. Lo que si reconocemos es que es ese el objetivo de Anderson, precisamente; que el espectador construya con los fotogramas que visiona lo que le convenga. 

Un objetivo que hace que ‘The Master’  pierda seguidores, ineludiblemente, y es que el espectador perezoso prefiere caminar de la mano de aquel  que lo guía  por rumbos claros, de aquel que publicita (directa o indirectamente) el heroísmo de su país, de aquel que critica (con gracias, para no pecar de dramático) las acciones inhumanas del ser humano, de aquel que no le permite   construir el producto solo. Un producto que bien podría haber resultado un fracaso total –y es necesario aceptar esto- si no contara con las soberbias e indiscutibles interpretaciones (ganadoras de las nominaciones en las que están infiltradas si la vida fuera justa)  pretenciosas pero nada invasivas de sus protagonistas. Phoenix puede morir en paz ahora que ha interpretado un personaje que perfila toda una carrera, no hay forma de que ningún otro artista podría haber hecho de este personaje lo que él hizo, de hecho el mismo no puede superarse; desde su porte hasta sus gestos más sutiles rayan en la perfección y la excelencia. Si el deleite del espectador ‘no flojo’ va en crescendo con su interpretación, la de Hoffman quema por tanta brillantez, y es que desde su interpretación de Truman Capote,  este señor ha ocupado el trono que solo ocupan los grandes.  Amy Adams, no se queda atrás; con esta interpretación ha callado a sus detractores y se ha posicionado como una posible nueva Meryl Streep que calza a la perfección en musicales como en dramas de este grosor  (y los calza muy bien). Si yo fuera Anderson no me preocuparía en agradar a todo su público o que sus insuficientes nominaciones deriven en estatuillas doradas en la casa de sus protagonistas, con esta magnificencia Anderson ha ganado más que eso: el más profundo respeto y completa admiración de aquellos que han visto en 'The Master' una OBRA MAESTRA

PUNTUACIÓN: 10/10 
 
Mejor Escena: Todas.   

Mejor 'Quote': Lancaster Dodd: If you figure out a way to live without a master, any master, be sure to let the rest of us know, for you would be the first in the history of the world.

Target: Público no perezoso. 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario